BIDEBARRIETA, mucho más que "El Sitio"
- Estíbaliz García Taboada
- 4 jun 2015
- 6 Min. de lectura
Localizada en el número 4 de la calle Bidebarrieta del Casco Viejo bilbaíno, se encuentra la Biblioteca de Bidebarrieta, uno de los edificios más emblemáticos y con más historia de la villa. En un principio, este edificio fue construido para albergar un casino, similar a la Sociedad Bilbaína, pero más tarde su futuro cambió convirtiéndose así en la biblioteca más importante de Bilbao.
Esta biblioteca, es una biblioteca llena de historia y como con toda historia hay que empezar por el principio. Sus orígenes, se remontan al año 1888 cuando el edificio fue encargado para construir por la asociación de carácter recreativo cultural y liberal "El Sitio", llamada así por el sitio que sufrió Bilbao durante las Guerras Carlistas en el año 1874 y que duraron nada menos que 70 días. El objetivo de esta sociedad era la divulgación de valores liberales por la villa.
La construcción corrió de la mano del arquitecto Severino de Achucharro, conocido también por ser el arquitecto de la Estación de la Concordia o por participar en el proyecto del Ensanche de Bilbao. Terminó de construirse en 1890. Según los documentos de la época el nuevo edificio contaba con un semisótano, dos plantas nobles unidas por una escalera y una tercera planta abuhardillada. Fue dotado además de calefacción central y de alumbrado eléctrico, que pese a que ahora resulte de lo más normal contar con ello en cualquier edificio, para el Bilbao de aquel entonces supuso una auténtica modernidad.
En el momento de la construcción del edificio, la asociación contaba con 1500 socios. Estos mismos socios, fueron los encargados de desarrollar una importante biblioteca que contaba con conferencias impartidas por intelectuales de la talla de Miguel de Unamuno, Federico García Lorca, José Ortega y Gasset o Niceto Alcalá Zamora entre otros muchos.
Sin embargo, este edificio no siempre fue como lo conocemos ahora, como cuenta el historiador y experto en historia del arte, Borja Bermejo, la Biblioteca de Bidebarrieta, conocida anteriormente como El Palacio de las Libertades, pasó por varias etapas y por varios dueños: “Con la llegada del franquismo la sociedad desapareció y fue incautado por el régimen. En 1942 fue comprado por el ayuntamiento de Bilbao por 600.000 pesetas y finalmente le dieron el uso que querían darle, el de biblioteca y archivo histórico”.
Entrar en este edificio es adentrarse de lleno en el siglo XIX., sus paredes, sus columnas, el techo, las robustas puertas,… hacen que le visitante se sienta un ciudadano más de aquella época.
Al entrar en el edificio nos da la bienvenida una gran escalinata, coronada por una majestuosa vidriera. Esta vidriera, es única en el mundo, fue diseñada por el propio Achucarro y realizada en el pueblo belga de Amberes. Se compone de nada menos que de 25 rectángulos de cristal. Sobre el vidrio, se puede ver el escudo de Bilbao dentro de un círculo con forma de bomba, aludiendo a los bombardeos que sufrió Bilbao durante el sitio de 1874. Asimismo, en ambos lados de ella podemos encontrar dos vitrinas. La de la mano derecha, que contiene un busto del escritor Miguel de Unamuno, figura clave de la literatura bilbaína, y la de la izquierda, que contiene una de las balas de cañón con la que fue atacada Bilbao durante las Guerras Carlistas.
Además de la vidriera, otro de los aspectos que hace especial a este edificio son las pinturas al fresco con las que cuenta su techo, realizadas por los pintores Anselmo de Guinea y José Echenagusia. Debido al paso del tiempo estás pinturas no se han podido conservar, las que se encuentran en la actualidad son una replica de las originales.
Subdivisión arquitectónica
Entre sus estancias, se encuentra la Sala de Estudio. Esta sala cuenta con una serie de hileras de escritorio de madera en el centro y con grandes vidrieras llenas de libros históricos en sus paredes. Es frecuentada por personas mayores que acuden para leer la prensa en papel y también por estudiantes, en su mayoría universitarios. Uno de estos universitarios es la joven estudiante Amaia Salinas, estudiante de educación infantil en la Universidad del País Vasco, quien afirma que acude a esta sala siempre que tiene exámenes, aunque asegura que la convivencia entre los estudiantes y
los personas mayores no siempre es buena: “Esta sala es muy buena para estudiar, cuanta con buena iluminación y el ambiente suele ser agradable, sin embargo, muchas veces es muy difícil estudiar porque los señores que van a leer la prensa no respetan el silencio y más de una vez ha habido quejas”
En la planta superior se encuentra la sala “Vida Cotidiana” donde se pueden encontrar libros de diferentes temáticas como puede ser: cocina, idiomas, historia, viajes…, películas tanto clásicas como más actuales y CDs de todos los estilos musicales. La sala también cuenta con butacas para que los usuarios puedan disfrutar de la lectura en la misma biblioteca. El filólogo y profesor retirado Manuel Mazpule, siempre ha tenido una relación muy cercana con las bibliotecas, incluso fue director de una durante dos años en la década de los 80. Para el Bidebarrieta y en concreto esta sala ha evolucionado mucho: “Antes eran sitio lúgubre, ahora es un sitio más lumínico”, además se muestra encantado con el servicio de préstamos, ya que para él es una gran ventaja el poder renovar los libros desde casa sin tener que acudir cada 15 días a la biblioteca. “Siempre acudo para coger libros de temática histórica” añade.
En frente de la sala “Vida Cotidiana” se encuentra el “Salón de Actos”, uno de los lugares más concurridos del edificio. Por él han pasado desde escritores, como el gallego Manuel Rivas, hasta directores de cine como el vasco Enrique Urbizu. En este salón se pueden admirar las pinturas elaboradas por Anselmo de Guinea representando artes tan conocidas como la música, el canto, la danza,… Para el escritor bilbaíno Pedro Ugarte, este salón de actos en un sitio idóneo para la presentación de libros. Él lo conoce bien, ya que ha presentado varios de sus trabajos en este salón como “El Mundo de los Cabeza Vacías”, “Historia de Bilbao”, o algunos de sus poemarios: “Es un marco precioso y además muy céntrico”. Además, como explica el propio Ugarte es un lugar muy económico para los escritores debido a que no tienen que pagar ningún tasa por promocionarse a través de la biblioteca: “La única condición que ponen es entregar 16 ejemplares del libro que se presenta para que esté pueda estar disponible en cada una de las bibliotecas de Bilbao”.
En el sótano se encuentra el archivo histórico más grande y más importante de la villa. Por un criterio de conservación no está permitido el acceso al público. Estas obras están únicamente abiertas para los investigadores especializados, que trabajan en dichas obras, sólo pueden consultarlos, nunca es posible el préstamo. Durante la investigación siempre cuentan con la presencia del personal de la biblioteca.
Son muchos los bilbaínos y bilbaínas que se acercan cada año a este edificio, según datos oficiales de la Red de Biblioteca Municipal. A diario esta biblioteca puede llegar a contar con 1000 personas diarias, sin contar las épocas de exámenes donde esta cifra se eleva consideradamente. Al margen de los ciudadanos de Bilbao, entre su público también podemos encontrar turistas que entran sorprendidos por la arquitectura del edificio. Muchos de estos visitantes irrumpen en la Sala de Estudio, para sorpresa de los allí presentes, y se dedican a ojear los libros e incluso a sacar fotos, en su mayoría con flash, lo que ha provocado el enfado de algún que otro usuario.
Papel mojado
Uno de los episodios negros que sufrió Bidebarrieta fue en el año 1983, cuando la ciudad de Bilbao fue víctima de unas inundaciones que anegaron por completo la biblioteca, incluso llego a destruir material del archivo histórico, que fue imposible recuperar. El edificio se vio obligado a cerrar sus puertas durante cinco años, para que el edificio pudiera ser reparado. En 1888 Bidebarrieta volvió a abrir sus puertas y volvió a ofrecer sus servicios habituales a los ciudadanos.
Los otros 15 templos bilbaínos de la literatura
No hay que olvidar que Bilbao cuanta con otras 15 bibliotecas municipales. Algunas de ellas muy peculiares como la que se encuentra en el barrio de Buia, que sólo abre sus puertas un día a la semana o la biblioteca que se encuentra en la Escuela Municipal de Música, que está única y exclusivamente dedicada al arte musical.
Pese a pertenecer todas las bibliotecas a la misma ciudad, existe una gran diferencia entre la biblioteca de Bidebarrieta y el resto. María Felisa Sanz, directora general de la Red Municipal de Bibliotecas de Bilbao, cuenta cual es: “Bidebarrieta no ofrece servicios para los más jóvenes, se centra en un público más adulto. Por eso las demás bibliotecas, al encontrarse en los barrios cuentan con actividades dirigidas a los niños, con actividades más lúdicas”.
La Red de Bibliotecas ha evolucionado y ha cambiado su sistema de operación sin parar, por eso uno de sus grandes avances ha sido la creación del catálogo online. Este catálogo permite al usuario acceder a archivos históricos como por ejemplo, las partituras del compositor y músico bilbaíno Juan Crisóstomo de Arriaga, sin necesidad de salir de nuestra casa. Se puede acceder a él desde la página de la Red de Biblioteca Municipal (www.bilbao.net/bibliotecas/)
María Felisa se muestra orgullosa al hablar de lo que supone esta red de bibliotecas a Bilbao “Aportamos un servicio fundamental de acceso a la cultura con un carácter gratuito, que hay muy pocas instituciones que lo hagan. Nuestro fin primordial es animar a la lectura. Sin ningún tipo de discriminación”, también añade que sin esta red de bibliotecas muchos de los bilbaínas y bilbaínas no tendrían acceso a la literatura.
Comments